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El Congreso Internacional de Turismo Gastronómico no urbano, Discover-Eat, ha cerrado el 11 de junio su primera edición poniendo de relieve la importancia de posicionar las zonas rurales no solo como destinos turísticos, sino también como espacios que conservan su identidad y autenticidad.

 

A lo largo de tres jornadas, expertos de sectores como turismo, gastronomía, enología, lujo y tecnología digital han coincidido en que la originalidad y la experiencia auténtica constituyen la clave para situar a las áreas rurales en el mapa del turismo gastronómico. Para conseguirlo, el sector primario y el turismo deben ir de la mano, con la gastronomía como herramienta de unión. “Construir desde la transversalidad”, resumían cocineros, bodegueros, administraciones públicas y expertos en visibilidad digital, enfatizando la importancia de un relato sólido que conecte historia, territorio, cultura y tradición: un storytelling que aporte sentido y valor a cada propuesta.

 

El enoturismo como ejemplo de experiencia auténtica
Uno de los sectores que mejor ha entendido esta necesidad de relato ha sido el enoturismo. Históricamente, el sector del vino abrió sus bodegas al visitante para ofrecer experiencias que conectaran con el entorno rural. Hoy, sin embargo, mantener esa autenticidad exige incorporar nuevos activos que potencien la visita. En la primera mesa redonda participaron destacados bodegueros como Francisco Fernández (CEO de Bodegas Pago de La Jaraba, Villarrobledo, Albacete), Santiago Vivanco (propietario de Bodegas Vivanco, Briones, La Rioja), Lucía Fernández Rivera (CEO de Familia Fernández Rivera, Pesquera de Duero, Valladolid) y Rosa Melchor, presidenta de la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin) y de Rutas del Vino de España.

 

Melchor destacó que los principales retos del sector son “promoción, comercialización, digitalización y formación”, mientras que Francisco Fernández subrayó la importancia de atraer al turista internacional al mundo rural para generar un salto cualitativo. Todos coincidieron en la necesidad de evitar la masificación, ya que, como apuntaba Lucía Fernández, “las rutas del vino no son solo una vía de negocio, son una manera de conocer nuestra historia y la gente que hay detrás del mundo del vino”.

 

Cómo llegar al restaurante rural
Con un relato sólido basado en la autenticidad del origen, el siguiente paso es darlo a conocer y llegar al visitante. La jornada de clausura se centró precisamente en este aspecto. Juan Monzón, consultor experto en nuevas tecnologías, afirmó que el sector turístico rural es “un canal ideal para diferenciarte, ser único y generar valores”. Propuso caminos de futuro como la hiper personalización de los viajes, la adaptación del lenguaje a cada generación y perfil de turista, y la utilización de tecnologías exponenciales como la IA, la realidad virtual y aumentada, y herramientas inmersivas antes, durante y después del viaje.

 

Matija Babić, creador y CEO de Taste Atlas (Zagreb, Croacia), añadió soluciones para los propios visitantes, destacando su plataforma como “un mapa alimentario global interactivo donde catalogamos cerca de 20.000 comidas del mundo, valoradas y verificadas por nuestro equipo, preservando lo tradicional, porque es la comida local la que hace especial cada destino”.
En otra mesa redonda participaron Anna Bruno, periodista italiana especializada en turismo y gastronomía digital; Francisco Castro, CEO de Adentity; Clara Pérez Villalón, cocinera y creadora de contenidos; y Samuel Moreno, chef de El Molino de Alcuneza (Sigüenza, Guadalajara). Todos coincidieron en que la imagen y el relato deben construirse en el origen, involucrando a la población local y promocionando la cocina local más que la regional. Asimismo, resaltaron que en el futuro serán los propios cocineros quienes se conviertan en creadores de contenido y marca de sus restaurantes.

 

Embajadores gastronómicos del Alto Asón
El cierre del congreso estuvo a cargo de los chefs cántabros Nacho Solana (Restaurante Solana*, Ampuero) y David Pérez (Ronquillo, Ramales de la Victoria), embajadores gastronómicos del Alto Asón. Jesús Ramón Ochoa, presidente de la Mancomunidad del Alto Asón, destacó el papel de la gastronomía en la economía local: “El Valle del Asón era el gran desconocido de Cantabria y gracias al trabajo de Nacho y David eso está cambiando”. Los chefs coincidieron en que los propios visitantes son los mejores embajadores de la zona, capaces de transmitir la autenticidad y el valor de la experiencia rural.

 

Discover-Eat ha puesto de manifiesto que la gastronomía puede actuar como auténtica bisagra entre el sector primario y el turismo, preservando la identidad rural, fomentando la economía local y generando experiencias únicas para el visitante.